La belleza y la exuberancia de la naturaleza durante el mes de mayo, también se refleja en el esplendor de las celebraciones religiosas que se suceden a lo largo de todo este mes en nuestra localidad.

Dando continuidad a otra antigua tradición totanera, la llegada del mes de mayo se asocia a la celebración del “Mes de las Flores”, en honor a la Virgen María, y también se asocia a la celebración de la “Cruz de Mayo”.

Estas dos celebraciones, tienen gran arraigo en nuestra localidad y, aunque es muy difícil datar su origen con exactitud, tenemos constancia de que su popularidad se ha mantenido a lo largo de los tiempos, entre todos los totaneros.

Pero además, a lo largo de todo el mes de mayo tenemos diversas celebraciones, como son: la celebración del “Día de la Madre”; la de San José Obrero; la celebración de los Sacramentos de Iniciación; continuamos celebrando la Pascua Florida; la celebración del día de la Ascensión y de Pentecostés (que este año también se celebran dentro de mayo); etc.

1.- La celebración del mes de Mayo en nuestras Parroquias.

Desde el día 1 de mayo, en la Parroquia de las Tres Avemarías, -al finalizar la Misa de la tarde-, tiene lugar la popular “Celebración de las Flores del Mes de Mayo”, en la que se rezan y entonan cantos de alabanza a la Virgen María. La tradición también conlleva la ofrenda floral a nuestra Madre del Cielo, pero este año, debido a las normas de seguridad impuestas por la pandemia, se ha tenido que suprimir. Esta actividad devocional se celebra todas las tardes de este mes.

También tenemos en nuestras parroquias, antes de la celebración de la Misa de la tarde, el rezo del Rosario. Esta es una práctica habitual, tanto en la Parroquia de Santiago, como en la Parroquia de las Tres Avemarías, pero durante el “Mes de María”, adquiere un significado especial para todos los devotos.

 El Mes de Mayo es el mes del apogeo de la primavera y, posiblemente, este sea el motivo por el que desde siglos atrás, el pueblo cristiano dedica el mes de mayo, de una manera muy destacada, para rendir culto y devoción a la Virgen María. La referencia escrita más antigua, la encontramos en las “Cantigas a Santa María” del rey Alfonso X. Concretamente en la nº 406 dice:

Y también encontramos una referencia muy explícita, en la encíclica “Mense maio” (Mes de mayo) del Papa Pablo VI (29-04-1965), en la que nos dice: “Al acercarse el mes de mayo, consagrado por la piedad de los fieles a María Santísima (…). En efecto, el mes de mayo es el mes en el que los templos y en las casas particulares sube a María desde el corazón de los cristianos el más ferviente y afectuoso homenaje de su oración y de su veneración (…)”.

2.- La Cruz de Mayo.

Al igual que en otros pueblos de España (y del resto del mundo), en el mes de mayo tenemos en Totana, otra celebración cristiana muy destacada en honor de la Cruz.

Si nos acercamos por el patio de la sacristía de la Parroquia de Santiago, o por la Glorieta del Convento, desde el primer día de este mes, nos encontramos con un monumento erigido en conmemoración de la Cruz, conocido popularmente, como “La Cruz de Mayo”.

También hay que destacar que, durante este mes, no sólo contamos con los monumentos de las Parroquias, pues también son muchos los vecinos de Totana, los que todavía elaboran en sus hogares, su monumento particular a la Cruz. Y también son muchos los totaneros que hacen su ofrenda floral en lugares tan emblemáticos como lo son La Cruz de la Misión, o la Cruz de Camacho, o la del Raso de la Maderera, o la del Santo Cristo,…

A la Fiesta de la Cruz, también se le denomina popularmente “Fiesta de las Cruces” y, anteriormente, “Invención de la Santa Cruz”. Su origen lo encontramos a raíz del redescubrimiento de la Cruz de Cristo, que tuvo lugar en Jerusalén, gracias a la labor de Santa Elena.

Esta celebración de acentuada tradición popular, alcanzó su máximo esplendor durante los siglos XVIII y XIX, aunque sus orígenes se remontan muchos siglos atrás en el tiempo. El documento más antiguo que nos habla de ella en España, lo encontramos en el Leccionario de Silos, compuesto hacia el año 650. En este documento, aparece con el nombre de “dies Sanctae Crucis” (día de la Santa Cruz). Desde que llegaron a Totana, los Padres Capuchinos siempre han sido de los principales custodios de esta tradición.

3.- El Día de la Madre.

En España, el primer domingo del mes de mayo, todos los hijos muestran a sus madres el amor y el cariño que les tienen, y les agradecen de una forma muy especial, todo lo que han hecho (y hacen) por ellos.

Esta es una celebración que en sus orígenes estuvo vinculada a la celebración del día de la Inmaculada (el 08 de diciembre), pero desde el año 1965 se celebra el primer Domingo del 5º mes del año.

Y esta es una tradición que también tiene arraigo escolar, pues todos recordamos que desde pequeños, en la Escuela, las semanas previas al primer Domingo de mayo, se elabora algún regalo especial con el que obsequiar a las madres en su especial día de fiesta.    

4.- Un poco de historia: El hallazgo de la Vera Cruz.

Este “hallazgo” se asocia a la emperatriz Santa Elena, madre el emperador Constantino.

El día anterior a la batalla del Puente Silvio (año 312 dC), el emperador Constantino tuvo la visión de una cruz luminosa, rodeada de las palabras “in hoc signo vinces” (por esta señal vencerás). El emperador hizo caso a su “visión” y ordenó que todos sus soldados pintasen la señal de la cruz en sus escudos. Al día siguiente su ejército obtuvo una gran victoria, quedando desde ese momento unido al signo de la Cruz.

Después de la celebración del Concilio de Nicea (año 325 dC), la emperatriz Santa Elena, preocupada por los informes que le llegaban sobre el estado lamentable de los Santos Lugares descritos en los Evangelios, y atendiendo al interés de su hijo por la Cruz de Jesús, organizó una expedición a Tierra Santa, con el propósito de hallar la Santa Cruz y de mejorar la situación de los Santos Lugares.

La tarea era bastante complicada, pues sólo se tenía constancia de que los primeros cristianos habían ocultado la Cruz, para evitar que fuese destruida por sus perseguidores. Al llegar a Jerusalén, Santa Elena comenzó su investigación consultado para ello todas las fuentes a su alcance. Sus pesquisas le llevaron hasta un templo romano dedicado a la diosa Venus, que había sido construido por orden del emperador Adriano hacia el año 135 dC, sobre el Gólgota, para que cuando los cristianos quisiesen venerar a Jesús en el lugar de su muerte, pareciese que en realidad estaban venerando a Venus.

Santa Elena ordenó el desmantelamiento del templo y la posterior excavación de su subsuelo. Y fue allí en donde hallaron una pequeña cueva en la que estaban las tres cruces, los clavos y el títulus (tablilla conocida con las siglas INRI). De las tres cruces halladas, sólo una de ellas tenía las marcas de los clavos y sobre ella estaba colocado el títulus. La existencia de dicha cueva, fue evidenciada por las excavaciones arqueológicas realizadas en el último tercio del s.XX. Según los datos que se conservan, procedentes de antiguas tradiciones de la época romana, el hallazgo de la cruz se produjo el día 3 de mayo.

En el año 326, sobre el lugar del hallazgo, el emperador Constantino y su madre ordenaron erigir la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén.