La devoción del Vía Crucis (Camino de la Cruz) parte de los primeros cristianos que caminaban en Jerusalén rememorando y recorriendo el mismo camino que siguió Jesús en su Pasión desde el Pretorio hasta su crucifixión. La española Egeria, que peregrinó a Jerusalén en el siglo IV nos da cuenta en su libro de la práctica de esta devoción, cuya costumbre aumentó en las Cruzadas y los Franciscanos la hicieron presente en todo el mundo, pues está presente en todos los continentes, celebrándose en algunos lugares como Filipinas de una forma esplendorosa.

El rezo o meditación del Vía Crucis no es estático, pues para contemplar, rezar y meditar cada estación hay que caminar, andar unos "pasos", nombre que encontraremos de forma permanente en nuestra Semana Santa, pues en Murcia los tronos sobre los que van las imágenes para procesionar los llamamos pasos.

Podemos contemplar en nuestras iglesias sobre sus muros las catorce estaciones en que se divide la devoción con una cierta separación, nunca juntos para que sea posible andar unos "pasos" entre una y otra estación.

En Totana tenemos el privilegio de contar con un espectacular Vía Crucis en La Santa que nadie debe perderse, catorce maravillosas esculturas de Anastasio Martínez Valcárcel que están convenientemente separadas para poder recorrer sus pasos a la hora de rezarlo. Recomiendo a todos mis lectores que lo enseñen a los visitantes en la seguridad de que les va a impresionar, presumiendo de paso de nuestras bellezas.

Todavía recuerdo la piadosa costumbre de os Jueves Santo en Murcia en que, después de los oficios vespertinos, se recorrían como estaciones los monumentos eucarísticos de todas las iglesias posibles y se andaban los pasos rememorando la Vía Dolorosa. Como vemos, la palabra paso se repite en todas las devociones penitenciales que conmemoran la Pasión y Muerte en la Cruz del Redentor.

En Totana también hubo un Vía Crucis urbano, que recorría diferentes calles de la localidad hasta sus afueras, donde aún quedan vestigios, que arrancaba desde una calle, un punto de inicio que se llamó el primer paso, de donde a esta vía urbana le viene el nombre de calle de el Paso.

Juan Ruiz García