En el año 2007 nuestro municipio celebraba el 750 aniversario de la donación de las tierras de Aledo y Totana a la Orden Militar de Santiago. En ese contexto se recordaba que el 14 de abril de 1257 el rey Sabio, en el juego de alianzas políticas y aspiraciones nobiliarias que caracterizaron el periodo medieval, intercambiaba las villas de Elda, Callosa y Catral, territorios que en 1255 había donado a los santiaguistas, por las de Aledo y Totana, entregando aquellas otras a su hermano, el infante don Manuel, que aspiraba a constituir un extenso señorío en el valle del Vinalopó. Conferencias, exposición, concierto, colocación de enseñas relativas al acontecimiento, así como la publicación de trabajos de referencia: el dedicado a analizar el conflicto comunero en Totana, cuyos autores María Martínez y José A. Sánchez Pravia, trazaron principales líneas de conocimiento e investigación en un tema escasamente explorado hasta entonces en la localidad; al igual que una documentada miscelánea sobre diversas realidades históricas de la fecunda trayectoria de estos enclaves del valle del Guadalentín. Todo ello con el objetivo de "reivindicar el valor de nuestra historia y sensibilizar de su importancia, como también crear y favorecer una conciencia ciudadana capaz de apostar por el futuro sin perder de vista su rico pasado".
Ahora, unos años después, recordamos otra importante efeméride relacionada directamente con Alfonso X, la celebración del octavo centenario de su nacimiento, ocurrido el 23 de noviembre de 1221 en la ciudad de Toledo, emblema de la cultura y el entendimiento, todo un testimonio que, con independencia de su consistencia, nos ha de servir para plantear vías de acercamiento a los valores que nos constituyen, en una revisión fecunda que nos permita fundamentar un caminar en el que la razón, la armonía, el conocimiento, el encuentro fraternal, el respeto al hábitat que nos acoge… abran cauces de comunicación, de acercamiento a nuestro pasado y a la realidad natural en que se desenvuelve la existencia, en sintonía con lo programado por poblaciones vinculadas al monarca. Con este acicate y en este tiempo en el que vislumbramos un horizonte de estabilidad sanitaria, recordando unos meses de angustia y pesar por las graves consecuencias de la pandemia vivida, pero con la conveniente perspectiva para evitar situaciones de riesgo, sería interesante aprovechar el contexto que nos ofrece esta conmemoración para:
Reconocer y valorar el soberbio esfuerzo realizado por sectores y profesionales en la etapa de incertidumbre vivida.
Acercarnos a la configuración de perfiles que nos ayuden a descubrir y conocer experiencias de firmeza de los diferentes colectivos que trabajan en nuestra tierra por el progreso, los ámbitos de desarrollo en que se mueven nuestros jóvenes, muchos de ellos implicados en planes de fecunda investigación, de creatividad, de apertura de horizontes.
Habilitar foros de debate y reflexión en torno al sostenimiento y preservación medioambiental…
Pero, además, tiene nuestra ciudad amplios campos en los que actuar, espacios que con intensa valía, portadores de mensajes de significación, estamos dejando en el olvido, sin afrontar con la responsabilidad que requiere la conciencia ciudadana que debe presidir nuestros días. Señalamos entre ellos:
El ansiado museo, en el que se impulsen, recopilen, custodien, estudien… la multitud de esencias y tradiciones que han forjado el caminar de esta tierra.
La apuesta unitaria por su patrimonio arqueológico.
El inventario y recuperación de oficios, tradiciones, sistemas de regadío, de producción…
Amplias parcelas, todas ellas, que nos requieren en coordinación, en esencia de compromiso, pues una sociedad que conoce sus potencialidades, que acerca los logros de sus vecinos al resto de la comunidad, que potencia y valora proyectos y metas, que mira a su entramado urbano para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, que interioriza y legitima el cuidado de su entorno, que encaja la multiculturalidad que define al presente… está apostando por su solidez, está creando aptitudes, está dinamizando el engranaje de su existir.
Juan Cánovas Mulero