El alcalde de Totana, Juan Morales, ha presentado una moción que se debatirá en el pleno ordinario del mes de julio con la que propone dar el nombre del concejal asesinado por ETA en Ermua, Miguel Ángel Blanco a una nueva calle en la ciudad, en una zona de expansión del casco urbano, coincidiendo con el noveno aniversario de su muerte.

El primer edil ha presentado esta propuesta recogiendo la inquietud de numerosos vecinos de Totana que han propuesto a esta Alcaldía la posibilidad de dar el nombre de una calle del casco urbano de esta Ciudad a Miguel Ángel Blanco, como homenaje a este concejal que fue vilmente asesinado por ETA coincidiendo con el aniversario de su muerte, y cuyas firmas fueron registradas en el Consistorio el pasado día 7 de julio.

Morales recordó que “hace unos días se ha cumplido el noveno aniversario de la vil muerte del concejal del Ayuntamiento de Ermua Miguel Ángel Blanco Garrido a manos de unos pistoleros etarras que, precisamente, han sido juzgados recientemente en la Audiencia Nacional ante la zozobra de millones de personas que veían a través de los medios de comunicación cómo no pedían ni querían arrepentimiento ni perdón por tan macabro suceso”.

Miguel Ángel Blanco tenía veintinueve años cuando la banda terrorista ETA lo secuestró el 10 de julio de 1997, después de dar un ultimátum a las instituciones democráticas sobornándolas con la amenaza de su asesinato. Tres días más tarde, el 13 de julio de 1997, murió asesinado a consecuencia de dos tiros en la cabeza por representar el derecho de todos los vascos a vivir en paz, democracia y libertad.

Durante el secuestro del concejal elegido por el pueblo, Miguel Ángel Blanco Garrido, toda España salió a la calle rogando a los terroristas que no cumpliesen su amenaza de asesinar al joven concejal.

Todas las tendencias políticas: la izquierda, la derecha, el centro y los partidos nacionalistas salieron a la calle para protestar por aquella amenaza cobarde, y con la esperanza de que los terroristas no cumpliesen lo que tan fríamente habían prometido.

Morales señaló que “no sirvió para nada aquella gigantesca movilización espontánea. Los terroristas ataron a su nueva víctima las manos a la espalda, lo llevaron a un monte y le pegaron dos tiros en la cabeza”.

En opinión del alcalde, “el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco fue un verdadero punto de inflexión en la interpretación que la sociedad española realizó sobre el problema sobre el terrorismo etarra sin colores políticos ni intereses partidistas”.

El alcalde señaló que los vecinos de Totana no fueron ajenos a la situación de solidaridad y defensa de las libertades que inundó toda España; y también se echaron a la calle y la plaza de la Constitución fue lugar de encuentro durante muchas horas de cientos de personas que se concentraron en silencio y rezaron por Miguel Ángel Blanco.

Por último, afirmó que la muerte de este edil vasco despertó en muchos ciudadanos la convicción de que se puede contribuir desde la sociedad civil a la lucha contra el terrorismo, y de esta manera nació el denominado “espíritu de Ermua”.