Cuando cumplimos años y soplamos las velas nuestros allegados dicen “Pide un deseo” Hoy no es mi cumpleaños pero me ha venido a la cabeza un deseo perverso que no puedo reprimir.
Deseo la ruina de los grandes medios de comunicación españoles transformados en humillados rehenes de las subvenciones estatales maquilladas como campañas publicitarias institucionales u otras ayudas para su sostenimiento. Y digo grandes medios de comunicación por su dimensión y alcance, no por la grandeza que supone la libertad de expresión como medio efectivo para conocer la verdad. “La verdad os hará libres”
Desde luego que hay alguien empeñado en que no seamos libres, ese alguien está gobernando España y el apoyo que está recibiendo de los grandes grupos de comunicación serviles al poder establecido es incuestionable e imprescindible.
Tantos años seguidos de guerra encubierta contra la libertad de pensamiento cultivando la desaparición del más elemental espíritu crítico de nuestra sociedad tienen consecuencias y si a ello añadimos el hecho supremo de que todo lo que nos rodea es fruto de decisiones supuestamente democráticas que impiden el cuestionamiento de su legitimidad, el camino al desastre está garantizado.
No hay nada como tener la tapadera de que el origen de cualquier decisión sea supuestamente democrático.
El simple hecho de que a Pedro Sánchez lo hayamos elegido democráticamente, cosa que no es verdad, si los que lean esto levantan la cabeza y la usan durante unos segundos ya que quien nos preside esta ahí como fruto de unos pactos y no por elección democrática de sus súbditos, porque en eso es en lo que nos hemos convertido los españoles… en súbditos.
La contribución de los grandes grupos de la comunicación en España para deformar la percepción de los españoles impidiéndoles darse cuenta de que hemos pasado de ser ciudadanos libres sin libertad en los años 60 a súbditos esclavos de su libertad en 2022 como consecuencia del progresismo a ultranza y descontrolado en el que nada es lo que fue.
Sirvan como ejemplo: El clima no es lo que fue, España no es lo que fue, La II República no es lo que fue, La Eta no es lo que fue, El sexo no es lo que fue, La energía no es lo que fue, La guerra no es lo que fue… y nuestros gobernantes han pretendido convertir al ejército español en una ONG con el apoyo incondicional de los separatistas vascos y catalanes. Menos mal que Ucrania ha venido a darnos un tortazo.
Lo gracioso es que esta ideología del “nada es lo que fue” se impone gastando nuestro dinero en trampantojos como la “Agenda 2030” que se podría definir diciendo: “Las cosas no son lo que fueron, en 2030 serán como yo diga gracias a que los grandes grupos de comunicación comen de mi mano y lo airearán hasta la saciedad”.
José Munuera Lidón