También para mí, fue muy bonito pasear la mañana del 12 de Octubre por nuestro mercadillo y verlo atestado de gente haciendo sus compras, nunca lo había visto así y felicito a nuestro concejal por haber tomado la valiente decisión de dejar trabajar a quienes lo deseen cuando ellos quieran, lo que podríamos denominar como esa libertad de mercado y de horarios que tanto cuestionan los comunistas en otras ocasiones, más que nada por esa defensa de los trabajadores que no pudieron descansar en el día de la Fiesta Nacional. También espero que si alguna vez el primero de Mayo cae en Miércoles y sigue teniendo esa responsabilidad de gobierno sea igual de valiente que lo fue el 12 de Octubre y permita a los comerciantes trabajar si así lo desean.
En cuanto a la falta de decoro que critica en otros, es verdad que cursis hay en todas partes. Pero quizás se podría aplicar a sí mismo lo que cuestiona en otros. Ponerse en la solapa precisamente el 12 de Octubre en un acto institucional el distintivo que señalaba a los españoles represaliados por el régimen de la Alemania Nazi en sus campos de concentración no deja de ser una noble causa que dignifica a quienes defienden la memoria de aquellos españoles, siempre y cuando no utilicen su recuerdo como excusa para llevar la bandera de España en la solapa, sin llevarla.
Me llamó mucho la atención que tanto el alcalde como los concejales de la extrema izquierda hagan esta interpretación tan particular de lo que es llevar la bandera de España en su solapa, aunque no sé si lo hacen para no olvidarles o para apropiarse de las penurias que aquellos españoles sufrieron, presos en campos de concentración.
Y así se lo hice saber al concejal de turno, pero ante mi pregunta sobre el motivo de llevar ese distintivo en la solapa de la chaqueta, la pregunta debió parecerle impertinente ya que por dos veces la respuesta fue la misma “porque me da la gana”. Argumento incontestable y desde luego merecedor por sí solo de un artículo, especialmente cuando trasluce que alguien no se siente obligado a dar explicaciones cuando se le piden, durante el ejercicio de sus tareas institucionales, que no en su vida privada. Del mismo modo que llamaba la atención nuestro alcalde asistiendo a la celebración del 12 de Octubre sin el bastón de mando que simboliza su responsabilidad como representante de todos los Totaneros.
Que habrán pensado el comandante del Ejército del Aire en la base del Morrón, el teniente comandante del cuartel de la Guardia Civil o incluso quien comanda la unidad de la Policía Municipal de Totana, ataviados con sus mejores galas e insignias para la ocasión, incluso un invitado de honor como el alcalde de Aledo.
También parece que defender un trazado adecuado para el AVE o para la línea de alta tensión que lo alimentará o tener un servicio de salud adecuado en Totana fuese más importante que la libertad que nos da el pertenecer a una nación libre e independiente, cuando se trata de cosas diferentes y perfectamente compatibles.
Pero si quiere usted establecer una escala de valores, como se desprende de su discurso, pregúntale a los Ucranianos acogidos en Totana a ver lo que dicen sobre esa escala de valores propuesta cuando la independencia de una nación está en peligro como les está ocurriendo a ellos hoy.
Y por si no ha quedado claro estoy de acuerdo con usted en que quien se apropia de la bandera para encubrir sus vergüenzas es un sinvergüenza pero convendrá conmigo en que aún son peores quienes reniega de ella porque además de no tener vergüenza, si la tuvieran se marcharía de España, tampoco tienen dignidad porque si la poseyesen no tendría la arrogancia de renegar del legado que sus antepasados dejaron para su disfrute.
José Munuera Lidón