Estanislao Fuentes es un funcionario de la Seguridad Social que cada día viene desde Murcia hasta Totana a trabajar. Estanislao es pulido, discreto, habla en un tono suave, suele llevar polos de manga corta en verano y jerséis de cuello redondo en invierno, todos de marca. Una marca media apropiada para la vestimenta del funcionariado.
Hace poco le preguntó a Bartolo Méndez, compañero de trabajo, por qué olía tan mal. Bartolo, totanero de toda la vida, dijo que él no olía nada malo.
-Sí -le insistió Estanislao-, está por todas partes, en la calle aún apesta más.
Salieron, aspiraron el aire.
-Ah, sí, es porque estarán limpiando algún cebadero o abonando un campo con purines -le explicó Bartolo.
-Es horrible -dijo Estanislao.
-No es para tanto. Solo es estiércol. A mí no me molesta.
Estanislao pensó que los de Totana eran unos rústicos. Bartolo pensó que Estanislao era un capullo delicado.
Se lo contó a su mujer que estuvo de acuerdo en que Estanislao era delicado. Después se puso en su lugar.
-Es que es de ciudad y hay muchas cosas que no entiende. ¿Te acuerdas de Julianín, el catalán que venía todos los veranos? Le pasaba igual con las humaredas de las ollerías.
-Cierto. Decía que esos humos eran asfixiantes. Veía la nube tan negra y espesa que avanzaba por la calle y se medio asustaba.
-Debía ser muy contaminante.
-Las mujeres corrían a recoger la ropa. Mi tía Paca se indignaba.
-¿Cuánto tiempo hará de la última humareda?
-Creo que en todo este siglo no se ha encendido ningún horno con leña.
-A pesar de todo lo echo de menos.
-Yo también. ¿Sabes qué otro olor echo en falta? El de los sequeros. ¿Te acuerdas cuando pasábamos por la carretera en septiembre y estaban las pistas llenas de pimientos abiertos secándose al sol?
-Ay, qué olor tan bueno. Cómo perdemos los aromas de nuestra infancia.
-Al final en todos sitios se olerá igual: a nada en especial.
-Se nos debilita la idiosincrasia.
-Disfrutemos del estiércol.
(*Los personajes son ficticios)
Dolores Lario. https://soyladolo.com