El pasado 22 de diciembre, el IES Prado Mayor acogió el acto de clausura de las conmemoraciones vinculadas a sus distintos aniversarios. Lejos de abordarse como efemérides independientes, estas celebraciones fueron planteadas como capítulos de una misma trayectoria educativa. En este marco, la charla impartida por Diego Jesús Romera González, profesor del departamento de Religión del centro, ofreció un recorrido riguroso y accesible por la historia del instituto.
Este artículo se construye a partir de dicha charla magistral y se apoya, además, en dos trabajos fundamentales del propio autor: Apuntes sobre la historia de nuestro instituto (publicado en el Anuario 2015/16 del Instituto) y Celebración del 30º Aniversario del I.E.S. “Prado Mayor” de Totana (publicado en Cuadernos de La Santa). Ambos textos constituyen una base documental imprescindible para comprender la evolución del centro desde sus orígenes hasta la actualidad. El objetivo de estas líneas no es únicamente relatar una cronología de hechos, sino rescatar la esencia de una institución educativa que ha sabido adaptarse a los cambios legislativos, sociales y económicos sin perder nunca su identidad.
Cuatro aniversarios para comprender una sola historia
Uno de los aspectos más significativos de esta conmemoración ha sido la decisión de celebrar conjuntamente cuatro aniversarios distintos, una elección que no fue inmediata ni sencilla. Tras diversos debates internos, el centro optó por unificar estas efemérides bajo una misma celebración, entendiendo que todas ellas responden a un mismo proceso histórico y a un único latido institucional.
Los aniversarios celebrados son:
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Setenta años desde la puesta en marcha del Instituto Laboral de Totana en el curso 1954/1955.
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Cincuenta años de la implantación de la Formación Profesional en la localidad, a partir del curso 1974/1975.
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Cuarenta años de la obtención de la autonomía de gestión como instituto propio, tras el Real Decreto de julio de 1984.
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Treinta años desde la adopción de la denominación oficial de Instituto “Prado Mayor”, establecida mediante Orden Ministerial en diciembre de 1994.
El lema elegido para englobar esta celebración, cuatro aniversarios y un único corazón, resume a la perfección el espíritu de los actos: reconocer el pasado, valorar el presente y proyectar el futuro desde una identidad común.
Las rutas del Prado: aprender la historia caminándola
Con el propósito de transmitir este legado histórico a las nuevas generaciones, el centro impulsó la actividad “Rutas del Prado”, una iniciativa que ha tenido una acogida especialmente positiva entre el alumnado. A través de estos recorridos guiados por las dependencias más antiguas del instituto, los estudiantes han podido conocer de primera mano cómo los espacios que hoy utilizan a diario tuvieron, en su origen, funciones muy distintas.
Esta actividad ha resultado especialmente significativa para el alumnado de primero de ESO y para quienes se incorporan por primera vez al centro, ya que les permite comprender que el instituto no es un edificio estático, sino el resultado de setenta años de transformación constante, en los que cada generación ha dejado su huella.
El Instituto Laboral de Totana: educación y territorio en los años cincuenta
Los orígenes del actual IES Prado Mayor se sitúan a finales de 1953, cuando se decretó la creación del Instituto Laboral de Totana. Esta iniciativa se enmarcó dentro del plan estatal establecido por la Ley de 16 de julio y el Decreto de 23 de diciembre de 1949, que sentaron las bases para la creación de Centros de Enseñanza Media y Profesional con el objetivo de extender la educación a un mayor número de escolares y capacitarlos para el acceso a estudios técnicos.
El instituto comenzó su actividad en el curso 1954/1955, bajo el marco legal de la Ley de Instrucción Pública de 1857, conocida como Ley Moyano. Promulgada durante el reinado de Isabel II por el ministro Claudio Moyano, esta ley constituye uno de los pilares históricos del sistema educativo español, no solo por su ambición reformadora, sino también por su extraordinaria longevidad: permaneció en vigor durante más de 113 años, hasta la promulgación de la Ley General de Educación de 1970.
En aquellos primeros años, el Instituto Laboral de Totana ofrecía bachillerato elemental y de grado medio, así como titulaciones de capacitación profesional en las especialidades agrícola y ganadera, reflejo directo de la realidad económica y social del municipio y su entorno rural.
El Pabellón 1: arquitectura, función y memoria viva
El edificio más representativo de esta primera etapa es el actual Pabellón 1, cuya construcción se remonta a la década de los cincuenta. Aunque hoy alberga aulas, talleres y dependencias administrativas perfectamente equipadas, su diseño original respondía plenamente a su función como granja docente y centro de formación agropecuaria.
Gracias al excepcional archivo fotográfico de D. Mateo García, anterior cronista oficial de Totana y figura clave en la conservación de la memoria visual del municipio, es posible reconstruir con gran precisión el uso original de estos espacios. Este material, facilitado también por su hija, Marisol García López, directora del centro durante más de una década, permite contrastar el pasado y el presente del instituto.
Lo que hoy es uno de los talleres más modernos de peluquería y estética fue en su día el almacén de aperos, donde se guardaban las herramientas de labranza. Las actuales aulas y talleres de estética ocupaban antiguas cuadras que daban cobijo a vacas, burros y una yunta de bueyes, animales imprescindibles en una época anterior a la mecanización del campo.
El elemento arquitectónico más singular del pabellón es el torreón, conocido popularmente como el palomar. En su planta inferior se encontraba el gallinero, destinado a la cría de pollos, gallinas y pavos, mientras que la parte superior funcionaba como palomar, con las características troneras. En la actual zona de dirección se situaba la quesera, donde el alumnado aprendía a elaborar distintos tipos de queso a partir de la leche obtenida del propio ganado del centro. Bajo este espacio existía un sótano destinado a la curación de los quesos, y sobre él se encontraban el almacén de grano y las conejeras.
La actual cantina fue, en origen, la vivienda del capataz de cultivos, y más tarde la del conserje. En este contexto destaca la figura de Antonio Cañizares Hernández, capataz y posteriormente conserje, una persona profundamente querida por varias generaciones de alumnos y profesores, cuya memoria sigue muy presente en la historia del centro.
El tractor y la modernización del campo
Uno de los episodios más reveladores del carácter innovador del Instituto Laboral de Totana fue la llegada, en la década de los sesenta, de un tractor (marca DEUTZ), uno de los dos o tres primeros que existieron en toda la Región de Murcia. En un contexto en el que la agricultura seguía realizándose con arados tirados por animales, aquella máquina representaba la tecnología más avanzada de su tiempo.
El instituto se convirtió así en un verdadero foco de modernización agrícola para Totana. Muchos agricultores acudían al centro para aprender a manejar el tractor antes de decidirse a adquirir uno propio, lo que demuestra el papel del instituto como motor de progreso económico y social para el municipio.
Agua, territorio y autosuficiencia
En sus orígenes, los terrenos del instituto eran mucho más extensos que los actuales. El campo de cultivo se extendía hasta la vía del tren, incluyendo zonas que hoy ocupan otros centros educativos y equipamientos urbanos. Para abastecer de agua a los cultivos y al ganado, el instituto contaba con su propio pozo y una balsa de riego, hoy integrada en otros usos educativos.
Cuando el acuífero propio no era suficiente, el agua se transportaba desde las grandes balsas históricas de Totana, como la Balsa Nueva, situada junto a la antigua cárcel —hoy centro sociocultural—, o la Balsa Vieja, ubicada en pleno centro urbano junto a la iglesia de Santiago y el Ayuntamiento. Estos espacios, hoy transformados, forman parte de la memoria colectiva de la ciudad.
De la Ley General de Educación a la autonomía del centro
La promulgación de la Ley General de Educación de 1970, impulsada por el ministro José Luis Villar Palasí, supuso un profundo cambio en el sistema educativo español. En Totana, este proceso culminó en el curso 1974/1975, con la implantación de la Formación Profesional de Primer Grado y la desaparición del antiguo Instituto Técnico de Enseñanza Media.
Inicialmente se ofertaron cuatro ramas: Administrativa, Electricidad, Mecánica y Agraria. Durante un periodo transitorio, el centro funcionó como Sección Delegada de la Escuela de Maestría de Lorca, hasta que en julio de 1984 se publicó el Real Decreto que le otorgó plena autonomía de gestión como Instituto de Formación Profesional de Totana.
Prado Mayor: identidad, dirección y consolidación
Durante su primera década de autonomía, el centro mantuvo la denominación genérica de Instituto de Formación Profesional de Totana. No fue hasta la Orden Ministerial de diciembre de 1994 cuando adoptó oficialmente el nombre de Instituto “Prado Mayor”, consolidando una identidad propia ligada al territorio y a su historia.
Desde entonces, el proyecto educativo ha sido guiado por los siguientes equipos directivos:
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Salvador Manzanares Munuera (1985–1993).
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Alicia Ortiz Ortiz (1993–2011).
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Marisol García López (2011–2023)
- Ana Dougnac Pascual (2023–actualidad).
El instituto mantiene además un vínculo histórico con su patrón, San Juan Bosco, referente universal de la Formación Profesional y modelo educativo basado en el esfuerzo, la cercanía y la formación integral de la persona.
Crecimiento, presente y futuro
De contar con un único pabellón y menos de 200 alumnos, el IES Prado Mayor ha pasado a convertirse en un campus educativo de referencia, con más de 1000 estudiantes, varios pabellones especializados e instalaciones deportivas.
Oferta educativa
Entre su amplia oferta formativa que actualmente se puede estudiar en el IES Prado Mayor destacan:
- Educación Secundaria Obligatoria (ESO completa de 1º a 4º)
- El IES Prado Mayor ofrece también el programa de ESO Plurilingüe (inglés y francés) en su modalidad de Profundización (que es el más avanzado).
- Bachillerato: Humanidades, Ciencias Sociales, Ciencias y Tecnología (en el que se incluye Ciencias de la Salud).
- Bachillerato de Investigación. Se trabaja con grupos reducidos y estudiantes motivados. Se mejora la preparación para estudios universitarios y la nota media del Bachillerato.
- FP de Grado Básico:
- Electricidad y Electrónica
- Peluquería y Estética
- Mantenimiento de vehículos
- Informática y comunicaciones
- Ciclos de FP de Grado Medio:
- Gestión Administrativa
- Instalaciones Eléctricas y Automáticas
- Peluquería y Cosmética Capilar
- Sistemas microinformáticos y redes
- FP de Grado Superior:
- Administración y Finanzas
- Asistencia a la Dirección
Un detalle arquitectónico simbólico del Pabellón 1 llama especialmente la atención: su planta evoca unos brazos abiertos, una imagen que recuerda a la Plaza de San Pedro del Vaticano y que simboliza la vocación acogedora del centro.
Desde su construcción el Pabellón 1, se amplió en varias ocasiones, siendo las más destacadas las de los años: 1982, 1984/85, 1987/88; y también sufrió diversas reformas para ir haciendo frente al paso de los años.
En 1985 se construyó un Centro de Transformación, para garantizar el suministro eléctrico del Instituto.
En el año 1992 se inauguró la Sala Escolar (Pabellón Deportivo) con la que cuenta desde entonces el Instituto.
En el curso 1997/98, comenzó a funcionar el Pabellón-2.
En el curso 2007/08 se inauguró el Pabellón-3.
Y en el curso 2024/25, se puso en marcha la nueva Aula para la rama de FP Grado Básico de Mantenimiento de Vehículos.
Setenta años después, un mismo espíritu
Hoy, el IES Prado Mayor sigue siendo un pilar fundamental de la educación en Totana. Setenta años después de aquel primer Instituto Laboral, el espíritu permanece intacto: trabajo, esfuerzo y superación. Como proclama su lema, Labor omnia vincit, el instituto continúa siendo un faro de formación, oportunidades y compromiso con las generaciones presentes y futuras.
Como un árbol de gran porte, el instituto ha cambiado su corteza y ha extendido sus ramas mucho más allá de lo que nadie imaginó en 1955, pero sus raíces siguen firmemente ancladas en la misma tierra, nutriéndose del mismo compromiso con la educación que lo vio nacer.