Consecuencias de la corrupción

Alertan del daño que la corrupción hace a la imagen regional

Según el Barómetro del Colegio Oficial de Economistas de la Región de Murcia la preocupación por la corrupción se situa como el segundo problema más importante tras el paro

1. A los encuestados se les ha preguntado si creen que su situación económica personal es mejor, igual o peor que un año antes. Un 27,9% manifiesta estar mejor, un 51,7% declara encontrarse igual y un 20,4% opta por la respuesta peor que un año antes. En relación con los resultados del anterior barómetro (junio 2014) se observa que aumenta en cerca de 10 puntos el porcentaje de los que declaran haber mejorado en el último año, mientras que desciende en casi 9 los que declaran haber empeorado.

Centrando la atención en los distintos colectivos colegiales, para los tres grupos significativos la respuesta mayoritaria ha sido la de encontrarse “igual que un año antes”, siendo no inferior en todos los casos al 50% de respuestas. Para el colectivo de empresarios y de asalariados del sector privado, por primera vez en los últimos cuatro años el peso de los que manifiestan haber mejorado en el último año supera al de los que declaran haber empeorado.

2. En relación con la situación de la economía regional respecto a un año atrás, la opción mayoritariamente señalada ha sido que la situación económica regional sigue igual (un 58,5%), seguida de la opción indicativa de que tal situación ha mejorado (un 26,5%). Por último, un 15% percibe un deterioro en este ámbito.

En relación con la anterior convocatoria (junio 2014) la proporción de los que han respondido “mejor que un año antes” ha aumentado en algo más de ocho puntos. Estos ocho puntos proceden mayoritaria-mente de la respuesta “peor que un año antes”, la cual, como novedad, pasa a ser la respuesta minoritaria.

3. La situación actual de la economía regional ha sido valorada, en promedio, con 3,86 puntos sobre 10 que es cerca de 0,3 puntos superior a la valoración de la pasada edición. La puntuación para la economía española ha sido un 4,54 lo que supone 0,28 puntos por encima de la de junio de 2014.

Por lo tanto, en relación al anterior número del barómetro, los economistas perciben mejoría en la situación económica, tanto a escala regional como nacional. De nuevo, se observa que la puntuación de la economía nacional se sitúa por encima de la regional. Se consolida la tendencia creciente de las puntuaciones desde la edición de junio de 2012 en la que alcanzaron los valores mínimos de toda la serie.

4. Igualmente sucede con la situación económica prevista para dentro de seis meses, para la que la puntuación correspondiente a la Región de Murcia es un 4,36 sobre 10, por un 5,11 para la de España. Comparando con la valoración de la situación actual (expuesta en el punto anterior), las puntuaciones para dentro de seis meses son, respectivamente, 0,50 y 0,57 puntos más elevadas. Es decir, se espera que la situación económica a corto plazo evoluciones favorablemente, con mayor intensidad a escala nacional.

5. En referencia a las fortalezas de la economía regional hay una fortaleza que destaca claramente por encima del resto y que ha sido señalada por el 69,1% de los colegiados, que es la existencia de unas “condiciones naturales de gran potencial para el desarrollo del sector agroalimentario, el turismo residencial y las energías renovables”. Por detrás se sitúa en segundo lugar, a poco más de 26 puntos de distancia, con un 42,8%, la fortaleza “consolidación de un entramado de relaciones económicas entre las actividades turísticas, agro-alimentarias, comerciales y logísticas”. Y en tercer lugar se sitúa, con un 39,5%, la fortaleza “creciente grado de innovación, técnica y gerencial, en la agricultura e industria agroalimentaria”.

6. En cuanto a las debilidades de la economía regional las tres en las que los encuestados inciden mayoritariamente en esta ocasión han sido el “paro”, que la marcó el 61,8% de entrevistados; “informaciones sobre corrupción y trato de favor”, que escala hasta la segunda posición al ser señalada por el 50%; y el “gasto en I+D+i por parte de las empresas”, marcada por el 43,4% de la muestra. Respecto a la debilidad relacionada con la corrupción resulta destacable señalar que el peso que representa en el total de las respuestas prácticamente se ha triplicado en los últimos tres años, pues mientras que en la edición de enero de 2012 dicho porcentaje fue del 17,3%, en esta edición ha alcanzado el 50%.

7. En relación con las expectativas de crecimiento a corto plazo por sectores de actividad, en una escala de 0 (decrecimiento muy intenso) a 10 (crecimiento muy intenso), de los 10 sectores presentados, en cinco de ellos se espera algún crecimiento positivo al superar, sus correspondientes puntuaciones, el valor medio de la escala (5 puntos). En esta ocasión los sectores productivos sobre los que recaen expectativas positivas son, por orden decreciente, turismo, ocio y hostelería con un 6,01; industria agroalimentaria con una puntuación de 5,59; comercio con un 5,55; agricultura con un 5,48; y logística y transportes con un 5,17. Una vez más, el sector sobre el que recaen los peores augurios es el de la construcción y urbanismo pues su puntuación ha sido de un 3,58 sobre 10, lo que significa que aún se espera que esta rama siga retrocediendo.

Resulta destacable el hecho de que a diferencia de lo que venía sucediendo en pasadas ediciones, por primera vez se coloca en el pódium, concretamente en la tercera posición, el sector del comercio, desplazando de las tres primeras posiciones a la agricultura, que tradicionalmente venía ocupando alguna posición entre las mismas.

8. Sobre la situación económico-financiera de las empresas (resultados, rentabilidad, endeudamiento, etc.) y de las familias de la Región (ahorro, salarios, endeudamiento, etc.), en relación con el momento actual, las puntuaciones medias, en una escala de 1 (muy mala) a 5 (muy buena), han sido de 2,67 para las empresas y de 2,50 para las familias. Nuevamente para los economistas la situación actual de las economías domésticas es ligeramente peor que la de las empresas.

9. En cuanto a su posible evolución en los próximos meses, en el caso de las empresas, un 58,7% de entrevistados considera que la situación seguiría igual, un 31,3% considera que mejorará, y solamente un 2,7% estima que irá a peor. En el caso de las familias, un 53% considera que la situación seguirá igual, un 32,5% estima que mejorará, y un 9,3% considera que irá a peor. En comparación con la edición anterior (junio 2014), los resultados tienen un comporta-miento distinto para empresas y hogares. En el caso de las primeras los porcentajes sufren poca variación, de forma que los pesos de las respuestas “a peor” y “a mejor” no cambian de forma significativa. En cambio, para el caso de las economías domésticas la comparación con junio de 2014 evidencia un descenso de casi 12 puntos en el porcentaje de la respuesta “igual” (un 64,9% en junio de 2014 frente a un 53% en enero de 2015) que se han repartido entre las respuestas “a mejor” y “a peor”.

10. En cuanto a la evolución prevista de la demanda de bienes de consumo por parte de las familias, el 7,2% considera que disminuirá, un 62,5% considera que seguirá estable, y un 28,9% estima que aumentará. En el caso de la compra de viviendas, un 13,2% cree que disminuirá, un 70,2% cree que se mantendrá estable, y un 14,6% considera que aumentará. Por lo tanto, mayoritariamente se estima que tanto la demanda de bienes de consumo como la compra de vivienda se mantendrán estables a corto plazo. La comparación con el barómetro de junio de 2014 revela un trasvase de respuestas hacia posiciones algo más optimistas. De esta forma, en relación con la demanda de consumo, el porcentaje de entrevistados que piensan que aumentará se ha incrementado en siete puntos. En el caso de la compra de vivienda, mientras que en junio de 2014 un 17,9% estimaba que la misma iba a descender a corto plazo, ahora dicho porcentaje ha bajado hasta el 13,2%; y en contraste, el peso de los que esperan que la compra de vivienda aumente, ha subido cuatro puntos hasta alcanzar el 14,6% de la muestra. En cualquier caso, más de las dos terceras partes sigue considerando que este tipo de compra no va a cambiar de forma significativa.

11. En la pregunta número 12 se ha solicitado valoración para el grado de facilidad o dificultad que, en términos generales, tienen las empresas y autónomos de la Región de Murcia para acceder a financiación externa. Todo ello en una escala de 0 (dificultad máxima o acceso nulo) a 10 (facilidad máxima).

Se observa que el grado de acceso en términos generales se puntúa, en promedio, con un 3,5. Este resultado mejora en 1,2 puntos la puntuación del anterior barómetro en el que se formuló esta pregunta (enero 2014), pero aún sigue estando lejos de una puntuación representativa de haberse alcanzado una normalización en el acceso a la financiación.

12. Dentro de este bloque de financiación empresarial, se ha preguntado acerca de la evolución percibida en la facilidad/dificultad de acceso a la misma durante los últimos seis meses. De forma mayoritaria los economistas opinan que el acceso sigue igual de mal que hace medio año, pues así lo piensa la mitad de los entrevistados. Ahora bien, la comparación con las respuestas ofrecidas hace un año pone de relieve una mejora evidente en la percepción que los economistas tienen acerca de esta cuestión. De esta forma, la suma de los porcentajes correspondientes a las respuestas “ha empeorado” e “igual de mal” ha descendido cerca de 29 puntos que han ido a parar, casi en su totalidad, a la respuesta “ha mejorado”, que pasa de un 11,6% en aquella edición a un 40,1% ahora.

13. En la pregunta 14 del cuestionario de pregunta sobre de las repercusiones negativas que tiene la corrupción en sus distintas formas. Se ha solicitado que se valore la importancia que tiene cada uno de los efectos adversos propuestos en una escala de 1 (ninguna o escasa importancia) a 5 (mucha importancia).

En primer lugar cabe destacar que de las siete consecuencias negativas atribuibles a la corrupción, seis de ellas obtienen una puntuación media que está por encima del 3,8 que, haciendo la traslación a la escala académica habitual, vendría a corresponder con un notable. De entre ellas, se observa que la consecuencia más negativa que para los economistas tiene la corrupción es el “deterioro de la imagen exterior”, que obtiene una puntuación de 4,29. A continuación se pueden englobar en el mismo grupo las consecuencias “efecto desánimo en los contribuyentes”, “aumento de la economía sumergida”, “menor recaudación y la consiguiente subida de impuestos y/o del endeudamiento”, “deterioro de la libre competencia” y “menor eficiencia y efectividad del gasto público”, que obtienen unas puntuaciones muy cercanas entre sí y que oscilan entre un 3,84 y un 4,02.

Por colectivos profesionales existe un alto consenso, siendo el “deterioro de la imagen exterior” la peor consecuencia que atribuyen a los casos de corrupción.

14. La última pregunta del cuestionario iba dirigida a valorar distintas medidas de corte macroeconómico para luchar contra el paro. En este contexto, en una escala de 1 (poco o nada efectiva) a 5 (muy efectiva) se solicitó que se valorase cada una de las medidas que fueron propuestas.

Para facilitar el análisis, las ocho medidas que se proponen se han agrupado en tres bloques. Un primer bloque estaría formado por las medidas de política fiscal expansiva a través de una reducción de impuestos (“bajar las cotizaciones a la Seguridad Social”, “reducir los impuestos que gravan las rentas del trabajo”, “reducir los impuestos que gravan el consumo”, y “fomentar la inversión extranjera directa por medio de incentivos fiscales”). Un segundo bloque que comprendería las medidas de política fiscal expansiva través un aumento del gasto público (“aumentar el gasto público en infraestructuras a nivel nacional”, “aumentar el gasto público en infraestructuras a escala europea”, y “aumentar las transferencias públicas a las economías domésticas -pensiones, prestaciones de diversa naturaleza, etc.). Y un tercer bloque que englobaría la única medida que se propone en el ámbito de la política monetaria (“intensificar las medidas monetarias expansivas por parte del BCE”).

Los economistas apuestan claramente por las medidas de estímulo por la vía de la reducción de impuestos, pues las cuatro medidas que hay en este bloque son las que obtienen las puntuaciones más altas. En concreto, por orden decreciente de puntuación, se trataría de “bajar las cotizaciones a la Seguridad Social”, “reducir los impuestos que gravan el consumo”, “fomento de la inversión extranjera mediante incentivos fiscales”, y “reducir los impuestos directos sobre las rentas del trabajo”. En una posición intermedia se sitúa la medida de política monetaria que se propone, a la que se otorga 3,64 puntos. Y en tercer lugar de preferencia, queda el bloque correspondiente a las políticas de gasto público, pues obtienen las tres puntuaciones más bajas.

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