El pasado sábado 25 de octubre, el Centro Sociocultural La Cárcel de Totana acogió una de las ponencias más especiales de las III Jornadas de Patrimonio Histórico de Totana y Aledo, bajo el lema “Nuevas voces, nuevas perspectivas”. La actividad, titulada Los infantes de Santa Eulalia y acercamiento juvenil a las devociones y tradiciones de Totana, destacó el papel de la juventud en la conservación del patrimonio local.
Un defensor del patrimonio y protagonistas juveniles
David Martínez, coordinador de las jornadas, dio paso a Eduardo Monserrat Camacho, maestro y coordinador de la actividad, un “firme defensor del valor educativo que tiene el patrimonio, las tradiciones y la historia” de Totana. Monserrat compartió la visión de acercar a niños y niñas a la importancia de conocer sus raíces y su pasado, para sentirse orgullosos de ellos.
Aunque figuraba como ponente, Monserrat subrayó que la presentación no tendría sentido sin los verdaderos protagonistas: los “infantes”, un grupo formado por niños y niñas de entre 8 y 12 años —una edad cercana a la que tenía Santa Eulalia en el momento de su martirio—. Su misión fundamental, según explicaron, es “luchar para que este legado tan importante no se pierda”, actuando como testigos de un auténtico “legado de fe, tradición y cultura”.
Los pilares del patrimonio de Totana
Eduardo Monserrat explicó que el trabajo del grupo abarca tanto el patrimonio material como el inmaterial de Totana. La formación de los Infantes se estructura alrededor de varios pilares.
1. La fe: eje principal e inmaterial
La fe es el eje esencial de su formación y el principal patrimonio que adquieren los Infantes. Se centra en la figura de Santa Eulalia, cuya relevancia en Totana se debe a su amor incondicional a Jesucristo.
Durante la ponencia, se proyectó un fragmento de vídeo en el que los Infantes representaron la biografía de Santa Eulalia de Mérida:
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El martirio: Santa Eulalia tenía 12 años en el año 304, durante la persecución más cruenta desatada por el emperador romano anticristiano.
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La fuga: Sus padres, Liberio y su esposa —cuyo nombre no se conoce—, la llevaron a su casa de campo para protegerla, pero la joven se escapó la noche del 9 de diciembre, “sin ninguna luz, perecida y sin miedo”.
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Ante el juez: Se presentó ante el tribunal, declarando que no iba a renegar de su amor a Jesucristo, actuando no solo por ella, sino por todos los cristianos.
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El sufrimiento: La Santa fue martirizada con garfios de hierro y fuego, y su sangre “se extendió como una semilla” que llegó hasta Totana. Para los Infantes, Santa Eulalia es “la luz de nuestra fe, el alma de nuestro pueblo, el consuelo de nuestras penas y la reina de los infantes”.
2. Tradiciones, gastronomía y manualidades
El grupo trabaja durante todo el año en la conservación de las tradiciones locales, incluyendo algunas que están en riesgo de desaparecer. Entre ellas, las Cruces de Mayo, donde elaboran sus propias cruces de flores para colgarlas en balcones y mantener viva la costumbre. También celebran San Marcos, vinculando la fiesta con la gastronomía popular.
En Totana, “no hay fiesta ni celebración sin una buena mesa”. Por ello, el pilar gastronómico enseña a los niños los sabores y olores heredados de sus abuelas. Aprenden a elaborar alimentos típicos de cada época, como las empanadas de Cuaresma —tiempo de abstinencia—, los garabazos de San Marcos o incluso su propia mantellina sin alcohol para las fiestas patronales.
Las manualidades son otro de los pilares. Con tijeras, pinturas, flores y arcilla, los Infantes se convierten en artesanos elaborando elementos relacionados con las tradiciones, como flores de papel para vestir la Cruz de Mayo o un llavero conmemorativo de Santa Eulalia.
3. Patrimonio material y salidas culturales
Los Infantes también profundizan en el conocimiento y difusión del patrimonio material de Totana. Cada año realizan una visita guiada por ellos mismos al Santuario de Santa Eulalia o al templo de Santiago, donde explican con detalle las cúpulas, los camarines, la imagen de la Virgen del Rosario o el retablo, colocado tras la guerra sobre el anterior que fue destruido.
Además, realizan salidas trimestrales fuera de Totana para conocer cómo se vive la fe en otros municipios de la Región de Murcia. Han visitado Murcia, Lorca, Orihuela y Cieza, donde conocieron la Casa de los Santos. También han acudido al convento de las madres dominicas de Santa Ana en Murcia, al Santuario de la Fuensanta y al Museo de los Belenes del Mundo, en Ojós.
4. El rescate de la música: las rogativas
Totana es tierra de música y canto, especialmente en torno a Santa Eulalia. Por eso, la música ocupa un lugar destacado en la formación de los Infantes. En esta ocasión, recrearon lo que eran las antiguas rogativas de Santa Eulalia, un canto que había caído en el olvido.
Eduardo Monserrat explicó el antiguo ritual: cuando el pueblo sufría necesidad, subían al santuario, bajaban a la Santa y realizaban la rogativa. Se repartía una hogaza de pan a cada peregrino y estos elaboraban una cruz de mirto o lentisco en el monte. Luego se hacían dos grandes cruces bajo las cuales salía Santa Eulalia, mientras el pueblo —y muchos niños— descendían al municipio en dos filas, cantando y pidiendo “¡Agua!”.
Los Infantes recitaron las cuatro estrofas rescatadas de la rogativa:
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Describe la distancia entre Totana y el santuario y la pureza de la paloma “como la nieve de blanca”.
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Expresa el temor a la sequía y el sufrimiento por la falta de alimento.
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Relata cómo bajaban a Santa Eulalia de su camarín para llevarla al convento “a ver al Cristo salir”, en alusión al Cristo del Consuelo, otra gran devoción totanera.
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Evoca la participación infantil: “Ya los niños piden agua, ya los niños piden pan”.
La presentación concluyó con los Infantes expresando su deseo de haber transmitido cómo es su día a día, finalizando con un entusiasta “¡Viva Santa Eulalia!” y “¡Viva la patrona de Totana!”.
Eduardo Monserrat cerró la intervención agradeciendo a los asistentes y, sobre todo, a los niños y niñas del grupo, destacando que “ellos son quienes están haciendo el trabajo y conservando las tradiciones para el futuro”.