Con motivo de las celebraciones que este mes de noviembre giran en torno a los difuntos, el Archivo General de la Región de Murcia ofrece una galería de imágenes post mortem, procedentes de su fondo fotográfico, principalmente de la obra de Fernando Navarro Ruiz y de José Casaú, aunque también incorpora otras de colecciones privadas. En el enlace que se adjunta es posible visualizar este interesante contenido
https://archivogeneral.carm.es/archivoGeneral/arg.detalle_galeria?idseccion=1185
En esos trazos de ausencia, de cuerpos y rostros que han perdido la pulsión de la vida, se encierra el misterio, pues surgen interrogantes sobre la causa del fallecimiento, las circunstancias personales, el desgarro de los allegados… pero también, sobre todo ante los más pequeños, la pena por lo no vivido, el dolor ante los primeros latidos de la existencia, ahogados durante siglos por la falta de desarrollo del feto o la debilidad de la madre para darle consistencia, como también por los envites de diarreas y catarros intestinales, disentería, sarampión, accidentes de dentición, raquitismo, trastornos respiratorios… Fueron épocas y momentos complejos, carestías y limitaciones que explican los elevados índices de mortalidad infantil, pero que, lamentablemente, siguen llagando el corazón de muchas familias en lugares y contextos muy diversos, en un presente que en algún momento creímos esperanzador, pero que ha resultado incapaz, una vez más, de acabar con el egoísmo. Antes y ahora, la incomprensión, la codicia, el odio, la mezquindad… siguen cegando las almas.
Ciertamente que aturde la congoja, sin embargo, la calidez que destilan las fotografías de esta muestra mitiga el drama para ofrecer ternura, abrazo que busca prolongarse en el infinito, como también escenarios que acogen a los infantes entre un mar de tiernas, suaves y níveas olas que, envueltas en pureza, recrean el amor de aquellos que se ven obligados a desprenderse de todo lo bello que encierran estas almas. Así, amortajados con túnica blanca o con el traje de acristianar, ceñidos en flores, rodeados a veces de velas y estampas… los muestran en un altar, que es ofrenda y primicia. Que ese tabernáculo sea también el que ayude a este presente a descubrir el aroma de la solidaridad, del compartir, de la justicia, de la verdad y la fraternidad.
Juan Cánovas Mulero