Veraneando III: Murciélagos y morciguillos

Las golondrinas y los vencejos son propios del verano. Los murciélagos también. No vemos a los murciélagos porque solo vuelan de noche. Podrían parecer los últimos vencejos, pero atended al ruido: los vencejos y las golondrinas pían mientras vuelan, los murciélagos lo hacen en silencio. ¿Sabías que un murciélago se come más de mil mosquitos cada noche? Qué curioso que escuchemos el zumbido de un mosquito y no oigamos el aleteo de los murciélagos, ¿verdad?

He aclimatado un par de murciélagos en el alero de mi balcón. Ya no necesito enchufar el aparato antimosquitos. Ahora que dormimos con las ventanas abiertas entran cuando quieren a nuestra alcoba. Revolotean sobre nuestras cabezas, menos mal que se han acostumbrado a defecar fuera. Al principio mi marido puso pegas, le veía por las mañanas, mientras se afeitaba, buscándose picaduras en el cuello. He de admitir que a mí también me inquietaban sus dentaduras y que durmieran cabeza abajo, pero ya no.

Los morciguillos son primos hermanos de los murciélagos. Se diferencian principalmente en que los morciguillos fuman. De ahí el dicho de fumas más que los morciguillos.

No sé en dónde se abastecen. Seguramente recogerán las colillas del suelo. Dentro de poco, con la manía de prohibir que se fume en la calle, van a tener muy difícil seguir fumando. Los animalistas tendrían que tenerlo en cuenta. Y ahora que lo pienso: ¿y el fuego, cómo encienden las colillas?

Dolores Lario

Noticias de Totana

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