Los vecinos de la calle Ramblica han expresado hoy su indignación por las obras de renovación de la red de agua potable y pavimentado que se están realizando en esta vía. En una rueda de prensa convocada en el lugar de las obras, han denunciado una ejecución inadecuada del proyecto y la absoluta falta de transparencia por parte del Ayuntamiento, que no consultó a los residentes ni mostró los planos antes de iniciar las actuaciones.
José Antonio Heredia, portavoz de los residentes del bloque de Los Naranjos y otros afectados, ha criticado duramente el diseño de las obras. Según ha explicado, esta calle, una arteria clave del municipio por su conexión con colegios, el polideportivo y zonas residenciales, ha quedado reducida a un solo carril estrecho, convirtiéndose en un “auténtico embudo”. “No dudamos del trabajo de los técnicos, pero exigimos que la calle recupere sus dos vías de circulación como siempre ha estado”, ha afirmado. Heredia también ha señalado que la calle ya sufría accidentes frecuentes por su intenso tráfico, un problema que temen se agrave con el nuevo diseño.
Entre las principales quejas vecinales destacan la pérdida de plazas de aparcamiento —de unas 20 plazas se pasaría a solo 9, según sus cálculos—, lo que obligará a los residentes a buscar alternativas en otras zonas, complicando la movilidad en el barrio. También han denunciado la construcción de isletas, bordillos y “replacetas” que dificultan las salidas de los garajes, forzando a los conductores a maniobrar peligrosamente. “Tenemos que sacar el morro del coche hasta la acera para ver si viene alguien. Es un disparate”, ha lamentado Heredia.
Otra vecina, Dolores, ha añadido: “Las aceras han quedado mal hechas y demasiado estrechas, con bordillos que no están como deberían. Esto no está bien”. Además, los residentes han alertado sobre el riesgo para los servicios de emergencia. “Esta mañana una ambulancia tuvo dificultades para acceder. Si viene un coche de bomberos, no podrá pasar”, ha denunciado Heredia, subrayando la gravedad del diseño actual.
Los vecinos también han expresado su inquietud por la posible plantación de árboles en el suelo, que podría dañar las cocheras y muros de edificios de más de 50 años, ya afectados por problemas de humedad en el pasado. “Los muros de contención son bloques, no hormigón, y las raíces de los árboles podrían agravar la humedad, causar daños estructurales y nuevos problemas de humedad”, han advertido, recordando que en los años 90 ya cedieron jardines al Ayuntamiento para evitar estos inconvenientes.
Los vecinos han exigido la paralización cautelar de las obras hasta que se encuentre una solución viable. “La solución es sencilla: eliminar los salientes, respetar las dos vías y evitar diseños innecesarios y peligrosos”, ha insistido Heredia. Para respaldar esta demanda, los residentes han iniciado una recogida de firmas y anuncian que el próximo lunes presentarán un escrito formal por registro en el Ayuntamiento solicitando la suspensión temporal de las obras.
Representantes del PSOE y Ganar Totana acudieron a la concentración para mostrar su apoyo a los afectados. El Grupo Socialista, que visitó la zona a petición de los vecinos, emitió un comunicado previo denunciando la “desinformación” del Ayuntamiento y acusando al equipo de gobierno de actuar “de espaldas a los residentes”. “Exigimos al alcalde y al concejal de Obras que escuchen y atiendan a los afectados. ¿Tanto cuesta informarles?”, han declarado.
Por su parte, el alcalde comunicó a través de un mensaje de WhatsApp su imposibilidad de asistir a la rueda de prensa, convocando a los vecinos a una reunión el lunes a las 9:00 en la Alcaldía, acompañado de técnicos municipales para explicar el proyecto y escuchar sus reivindicaciones.
Las obras, adjudicadas a “Auxiliares Hermon, SL” con un presupuesto de 123.624,90 euros, forman parte del Plan de Obras y Servicios y debían haber finalizado el 7 de mayo. Sin embargo, se han retrasado debido a las lluvias de marzo y problemas técnicos.
La indignación vecinal sigue creciendo, y el conflicto promete prolongarse al menos hasta el lunes, cuando los residentes esperan obtener respuestas claras y compromisos firmes por parte del equipo de gobierno.