En el año 1989, por Real Decreto, se modificó el calendario de días festivos nacionales en España y varias de las festividades importantes que se celebraban cada año, fueron transformadas en días laborales. Entre ellas estaban los tres jueves del año que relucían más que el sol:

"Tres Jueves hay en el año
que relucen más que el sol:
Jueves Santo, Corpus Christi
y el Día de la Ascensión”.

Y aunque fueron suprimidas del calendario nacional (algunas de ellas ya habían sido suprimidas en 1977), siempre han mantenido la debida importancia dentro del calendario litúrgico anual.

Una de las fiestas principales de la Iglesia Católica es la fiesta de la Ascensión de Nuestro Señor al cielo. Esta festividad se celebra 40 días después del Domingo de Resurrección, y 10 antes del Domingo de Pentecostés. Pero para que esta festividad se pudiese celebrar con toda la dignidad e importancia que tiene, y los fieles pudiesen asistir a la celebración litúrgica de este día, la Conferencia Episcopal Española la trasladó al Domingo siguiente, es decir, al VII Domingo de Pascua. Atendiendo a todo lo indicado, hoy correspondería celebrar la fiesta de la Ascensión -pues hoy se cumplen 40 días desde que los creyentes celebramos el Domingo de Resurrección-, pero la celebraremos el próximo Domingo.

Y atendiendo a este particular, quiero detenerme en otro motivo de celebración que tenemos hoy jueves, día 40 desde que comenzó la Pascua: el Día de la Educación Católica.

¿Qué es la Educación Católica? ¿Cuándo surge esta efeméride? ¿Tiene alguna relación la Educación Católica con la Ascensión? ¿Tiene esta celebración alguna vinculación con el Papa?

Vamos a intentar encontrarle respuesta a algunas de estas cuestiones:

1.- ¿Qué es la Educación Católica?

La podemos definir diciendo que es la formación integral del alumnado a la luz del Evangelio, y que tiene como modelo y referente la figura de Jesús Maestro. Es una Educación que va más allá de la transmisión de conocimientos, pues educa desde el corazón y para el corazón.

Esta Educación cultiva constantemente valores como la solidaridad, el respeto, la fraternidad, la paz, la responsabilidad, el bien común, la igualdad… Pues su finalidad es la de conseguir la formación de personas que sean competentes, pero que a la vez estén comprometidas en la construcción de un mundo mejor.

Y en consonancia con esto, hallamos que los educadores católicos no enseñan solo contenidos, sino que acompañan vidas. No solo forman mentes, sino que también forman corazones. No solo hablan de valores, sino que los encarnan en cada aula, en cada gesto, en cada acción.

2.- ¿Por qué se dedica un día a la Educación Católica?

Actualmente estamos inmersos en unos tiempos que tienden a caracterizarse por la confusión, la fragmentación, el relativismo, el nihilismo… por lo que la necesidad de referentes sólidos y veraces, es cada vez más imperante. Porque en un mundo herido por la indiferencia, la superficialidad, las prisas, el estrés… hacen falta espacios donde la Verdad (con mayúscula) y la fe vivida no solo sean enseñadas, sino sentidas. La Educación Católica, cuando es auténtica, no impone, pro-pone. No adoctrina, despierta. No encierra, abre horizontes.

Es una invitación a seguir renovando nuestra misión con alegría, creatividad y audacia. A construir una escuela donde todos se sientan acogidos, valorados y llamados a dar lo mejor de sí. Una escuela donde se eduque para la vida y para la eternidad.

3.- ¿Cuándo surge esta efeméride?

La idea de celebrar esta efeméride fue adoptada en el año 2002, en el Congreso de la Organización Internacional de la Educación Católica (OIEC) que se celebró en Brasilia. Esta idea fue relanzada por la misma OIEC y otras organizaciones internacionales vinculadas a la enseñanza católica, en el año 2021 -coincidiendo con la celebración de su 20º aniversario-, con la finalidad de impulsar el Pacto Educativo Global (esta es una iniciativa que puso en marcha el Papa Francisco en el año 2019, con la finalidad de invitar a todos los países a transformar el mundo por medio de la Educación). Como día para celebrar esta efeméride cada año, se fijó el día 40 del tiempo de Pascua, es decir, el día original de la celebración de la Ascensión.

La importancia de la Educación Católica en el mundo es incuestionable: sólo en España existen casi 2.600 centros educativos de tradición Católica. En todo el planeta, actualmente, hay cerca de 62 millones de escolares escolarizados en centros católicos.

Tal y como se nos indica la Conferencia Episcopal Española: “Educar es ofrecer un futuro. En la Educación se prepara el camino que hace de cada ser humano un mejor humano. Por eso, todo el esfuerzo que se haga en la Educación es un esfuerzo necesario que contribuye al beneficio de todos. Al beneficio de cada pueblo, de cada ciudad, de cada sociedad.”

En el día en que la Iglesia recuerda la Ascensión del Señor, también celebramos una Educación que eleva, que impulsa hacia lo alto, que no se conforma con formar para este mundo, sino que abre horizontes hacia la eternidad. Que la Educación Católica siga siendo, como la Ascensión, una promesa de plenitud, una invitación a levantar la mirada… y a caminar con fe.